Arrendar grandes áreas por largos periodos, pagar altos costos por el aprovisionamiento de rvicios e infraestructura y mantener una alta concentración de empleados no tiene ya mucho sentido.

 

El coworking se reinventa en la era post COVID-19

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Junio 10, 2020 4 min de lectura
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Por: Ulrick Noel, Senior Manager de Innovación en Consultoría, Deloitte México. 

Escuchamos con frecuencia que muchas cosas cambiarán después de que pase la actual crisis a causa de COVID-19, pero no sabemos con certeza hasta qué punto. De lo que sí estamos conscientes es que hoy las empresas y su capital humano ya están colaborando bajo distintos esquemas –trabajo remoto, espacios de colaboración virtuales, oficina y capacitación en casa– que les han permitido mantener la continuidad de su negocio, atender a sus clientes, permanecer en el mercado y seguir siendo rentables.

Con esta disrupción, las organizaciones también se han dado cuenta de que muchas de sus prácticas tradicionales no tienen mucho sentido hoy: arrendar grandes áreas por largos periodos, pagar altos costos por el aprovisionamiento de servicios e infraestructura, mantener una alta concentración de empleados, entre otros.

Al mismo tiempo, están haciendo reajustes en sus gastos fijos y variables, buscando nuevos vectores de ahorros y en los casos más extremos, reducir su plantilla. Volver a la “normalidad” no será sencillo, pero están considerando alternativas que les permitan seguir manteniendo en marcha sus motores, fortalecerse y prosperar en los próximos meses.

En la era post COVID-19, los espacios de coworking tienen el potencial de convertirse en una opción viable que se adapte a los nuevos objetivos de las empresas y operar desde ahí de manera segura y eficaz. Al ofrecer áreas de trabajo flexibles y una infraestructura robusta, pueden convertirse en el lugar de trabajo al que acuda el personal que desempeña roles estratégicos y que tiene que laborar de forma presencial.

Para poder convertirse en esa alternativa y así acompañar al negocio, el esquema de coworking tiene que pasar por una transformación a fondo y bien planeada, así como replantear su oferta. Su reinvención incluye funcionar bajo un nuevo modelo de negocios a través del cual se provean servicios alternos, talleres en línea, espacios de colaboración virtuales; todo sin dejar a un lado su rol de facilitadores de comunidades.

De igual forma, el uso de los espacios comunes ya está siendo modificado. Y es que bajo la nueva normalidad podrían requerirse espacios divididos, aislados y contar con oficinas privadas, limitando los encuentros entre personas de diferentes equipos y empresas, algo que diferenciaba al coworking de las oficinas tradicionales.

Una práctica esencial será también los protocolos de limpieza y desinfección que se sigan a futuro, así como las medidas sanitarias para tener acceso a las instalaciones, conservar el distanciamiento social, permitir un número máximo de personas en cada reunión y ofrecer horarios escalonados.

Esta reinvención del coworking está estrechamente ligada a la propia reinvención de las organizaciones, acelerada por la pandemia, así como a la alta capacidad de adaptación y resiliencia de ambas partes.

La migración a los espacios compartidos no será inmediata sino gradual, especialmente porque muchas organizaciones aún están siendo cautas –y parecen no tener urgencia– en regresar a un espacio físico; se han adaptado al trabajo remoto y siguen preocupadas por la salud y seguridad de sus colaboradores.

Por ahora, los líderes empresariales están considerando varios factores en el momento de decidir quiénes necesitan regresar al trabajo, qué espacios conservar, definir servicios empresariales críticos y determinar qué funciones y roles deben estar presentes y cuáles pueden realizarse de manera remota.

La pandemia actual ha tenido serias repercusiones en todo el mundo, pero también ha sido un detonador de cambios en nuestra forma de trabajar, aprender, producir y hacer negocios. El coworking no estuvo exento de tal impacto, pero el nuevo contexto económico, laboral, empresarial y económico que emerge de una crisis de esta magnitud también le está abriendo una importante oportunidad para transformarse
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