8 de abril de 2020  • 19:17

Alejandro Czerwacki es Licenciado en Ciencias de la Comunicación, reportero vivencial y director de la consultora Alejandro Cz . Hoy nos explica la importancia de conocer en profundidad nuestra marca y todo lo que la rodea, para poder así comunicar mejor y vender más.

Solemos escuchar y leer cuáles son las claves a tener en cuenta para realizar un emprendimiento exitoso o bien cómo comunicarlo de manera efectiva , entre muchas ideas y herramientas concretas para tomar el envión necesario que nos acerque a lo que anhelamos. Sin embargo, para tener en cuenta todo aquello, es necesaria la conexión interna, el saber que somos una totalidad y que si te indagás profundamente sacarás tu mejor versión, tu verdadera esencia. Y, por lo tanto, tu emprendimiento será un reflejo claro de todo eso porque todo está conectado.

Conocer tu ADN

Se trata, como paso previo, de investigarte mejor internamente, para expresar afuera mejores y más coherentes resultados que hablen de quién sos y de tu impronta que hace que tu emprendimiento sea único. El quién soy, el para qué, porqué, el propósito, la identidad, el ADN. Entonces sí, con la Conexión Interna chequeada, estamos convencidos en salir al mundo para manifestar nuestra marca, emprendimiento o alguna noticia que derive de la misma (incluimos también la marca personal), vamos por eso. Para sintetizar: se debe encontrar una respuesta clara, profunda al preguntarte: ¿estás haciendo el emprendimiento que realmente querés?

Es decir, la Conexión Interna es un proceso necesario y previo antes de estudiar el mercado, detectar las necesidades de tus potenciales clientes, aprovechar las oportunidades, adaptar los productos al mercado, lanzar nuevos productos a otros mercados, marcar objetivos, elaborar los mensajes clave para comunicar y difundir, porque te garantiza que hay más chances que lo que estás haciendo sea de tu identidad, de lo más profundo de vos. Incluso esta práctica también la podés hacer si en algún momento, ya con tu empresa funcionando, te aparecen dudas o necesidad de un cambio de rumbo.

En mi experiencia como comunicador estratégico de empresas y marcas y acompañar procesos de quienes manejan pymes y a emprendedores, distinguí que era necesario ofrecer un servicio de Reportero Vivencial. Es decir, indagar con agudeza para que el otro reflexione en profundidad sobre lo que quiere hacer, decir, acompañarlo en su comunicación interna, antes de pasar a la externa, y descubrir cada detalle de su personalidad, llegando a sus costados vulnerables y emocionales siempre con el objetivo de obtener mejores resultados. Y, de ese modo, los proyectos o las modificaciones a los emprendimientos o lanzamientos de productos, tienen un contenido, una esencia que los hace más genuinos y congruentes respecto a quien los crea. ¡Porque están impregnados de vos!

Este trabajo, y está bueno remarcarlo, no es tan sencillo que pueda guiarlo alguien que no esté haciendo lo propio con su vida personal y profesional (su propia indagación profunda contínua) y que sepa del mundo de la comunicación pero no sólo en la estrategia. Es necesario alguien con absoluta aceptación incondicional al otro y total empatía.

Vayamos a algunos consejos para que, si te animás, lo puedas hacer vos misma:

  1. Imagen y Esencia. Preguntante ¿Quién soy? ¿Cuál es mi esencia? ¿Qué aspectos de mí considero diferenciales? ¿La imagen que muestro de mí es tal cual como mi esencia? ¿Mi emprendimiento es parte de esa imagen y esencia mía? Tu imagen y esencia debieran ser congruentes con tu emprendimiento, porque de esa forma las posibilidades de buenos resultados son más altas. Carl Rogers, psicólogo que dio paso a lo que luego sería la disciplina llamada counseling, llama congruencia a la autenticidad de la persona, a la expresión auténtica de nuestro ser. Si el ser no es auténtico, sólo parece ser. Vincular esto mismo a nuestro emprendimiento, es clave.
  2. Volver a la niñez. ¿Esta habilidad que tengo viene de mi infancia? Si es así: ¿Cómo era mi conexión con este talento que tengo? ¿Cómo puedo retomar aquellas ideas casi ingenuas con las que soñaba de chica? Cuando fuimos chicos seguro hacíamos y deshacíamos sin preguntarnos mucho, nos sentíamos libres sin pensarlo. Conectarnos con esa etapa de nuestra vida nos puede traer muy lindos recuerdos pero también mensajes para aquello que queremos hacer y permitirnos no reprimir esas sensaciones e ideas y ponerlas en práctica.
  3. Liderar tu vida. Como la vida es un juego, el estado ideal será conectarse con aquello que somos y detectar si algo que estamos haciendo no está impuesto por miradas ajenas, mandatos sociales y familiares. Para que te sientas libre de equipaje antes de comenzar el juego de tu emprendimiento, fíjate que no estés cargando algo que, en verdad, no te pertenece. Sos quien lidera tu vida y por lo tanto aquello que estás a punto de diseñar, crear y luego comunicar.
  4. Propósitos. ¿Te preguntaste porqué querés crear tu propio negocio? ¿Cuál es el verdadero propósito? ¿Cuál es la razón por la que estás por convertirte en emprendedora? Si, ya sabemos que uno de los fines es el negocio. ¿Y la autorrealización? Porque eso es mucho más que el dinero. La importancia de establecer el propósito profesional tiene una función inspiracional porque conectará un aspecto emocional con el que los clientes se pueden identificar. Si tus futuros clientes conectan con el porqué de esa existencia, serán mucho más fieles. Tu propósito lo tenés que descubrir dentro tuyo, no afuera. Por lo tanto, un propósito poderoso es mucho más que un simple objetivo.
  5. El ADN de nuestro emprendimiento. Si ya estás casi decidida con tu iniciativa o ya comenzaste pero querés reforzar o hacer unos cambios, podes armar un relato atractivo de tu emprendimiento. Si es una pyme familiar, habrá seguro historias ricas y hasta desconocidas para los mismos dueños y que hasta incluso más adelante podrás hacerlas públicas. Si es un emprendimiento que hiciste con una amiga, quizás haya una historia de cómo surgió la idea facilitada por la indagación aguda de un comunicador sensible o bien pueden preguntarse entre ustedes. Armar el ADN es saber que ya tenés claro que es lo que hace diferente lo tuyo del resto, es saber tu historia, que será siempre diferente del resto, y es un paso adelante para todo lo que verás luego, al investigar más a fondo el mercado o el posicionamiento.

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