Abrir un espacio de coworking es una opción por la que están apostando diversos profesionales de distintos países.
El primer reto es no caer en abordar su gestión como un mero espacio de trabajo. Si has decidido lanzarte a esta aventura, has de pensar que el clima que crees repercutirá en la actitud de los coworkers que atraigas y retengas, y que la actitud colaborativa es la base del fenómeno.

Sugerencias:

-Crea una página web atractiva: Cuida el diseño y dótala de un aire de “equipo”. Procura que sea flexible para que los miembros de tu espacio, su actividad y sus proyectos tengan cabida y la entiendan como un plataforma dese la que comunicarse y difundir su trabajo.
-Diseña una comunidad propia con herramientas que sirvan para mantener en contacto a los miembros y que funcionen como redes sociales internas.
-Cuida los detalles: una sopresa en la cocina de vez en cuando, algo de picar, una sorpresa en el cumpleaños de algún miembro…
-Usa las redes sociales para crear grupos de interés y dar notoriedad a los coworkers: busca sinergias dentro y fuera de tu espacio para ellos.
-Propón actividades vinculadas al ocio y tiempo libre que sirvan para estrechar lazos: desayuno un día en la semana, festival de ensaladas, jornada temática dedicada a un país determinado…
-Presta el espacio para organizar eventos atractivos: exposiciones de fotografía, pequeños festivales, charlas de arte… que animen a miembros del centro a traer amigos y estos a otros, lo que te dará visibilidad.

En definitiva, debes velar por propiciar y proteger la relación entre las personas que trabajan en tu espacio de coworking. Y sobre todo, apoya a los coworkers: son ellos quienes conforman y alimentan tu proyecto junto a ti.